06 junio 2007

Un año

Podría escribirte unos versos
en que decirte que lo que pasó hace un año
fue que iluminaste mi camino,
que estaba perdido
y tú me recogiste.

Podría decirte 365 veces,
una por cada día a tu lado,
que te quiero.

Podría ahora ponerme a contar
todos los días que te he echado de menos,
pues han sido muchas
las veces en que he querido volar
y posarme en tu alféizar.

Podría colorear el azul del mar,
el verde de tus ojos,
el rojo de tu pelo,
la luz de tu sonrisa,
la miel de tu piel...

Podría gritar al mundo entero
lo feliz que me siento
desde hace un año,
desde hace tan poco tiempo.

Pero yo me conformo con tu primavera,
con el calor que derritió mi hielo,
con este año de buenos momentos:
de Parque Güell, de Ciutadella,
de Llanes, San Roque y Poo,
de Oviedo y de Gijón,
de Santurtzi y de Bilbao,
del Gótico y de Salou,
de 4 gatos,
de volver a casa en el nit bus,
del salón de mi casa en el sofá
viendo cualquier cosa en televisión,
de tus bizcochos,
tu salsa de queso azul,
de despertar y poder, por fin,
ver tu cara en primer plano
y cerrar los ojos y al volver a abrirlos 
verte de nuevo la cara,
en primer plano,
y ver como al verme
se te escapa una sonrisa
que curó mi invierno,
que me sacó del laberinto. 

Hoy, un año después,
me pido otra ración.
Quiero repetir,
por lo menos,
hasta septiembre de 2006.

Campo o humanidad

Verde como el río
Azul como el mar
Rojo como el Sol al anochecer

Tierra, arena, barro
agua, lluvia, charcos
chispa, fuego, bosque
cielo, nube, pájaro

Gris como el cielo cubierto
amarillo como campos de trigo
verde y marrón como el olivar

plata, oro, aceite
piedra, montaña, cañón
balas, disparos, cadáveres
llegar y destrozarlo tó

Vivir

He esperado cualquier momento
para decidir que es lo que hago yo
para saber donde está mi norte
mi río, mi Sol, mi viento.

He notado tu calor,
lo llevo en el corazón.

He pensado en destripar
los llantos de la
humanidad,
los peces gordos que no son de río,
los tiburones que visten de Armani,
las miradas que se pierden en la ciudad
porque a quien van dirigidas no sabe mirar.


He visto la sonrisa de los niños,
los adioses y los hastaluegos,
los juegos con piedras y palos

y los de consola y televisor.

 

He recorrido algunos kilómetros
y he visto monumentos,

nada como el nacer de los ríos,
nada como juntar tu cuerpo y el mío.

Yo y mis circunstancias

La soledad de la Luna rodeada de estrellas,
la compañía del Sol en un día despejado,
el cantar de los pájaros mudos,
el sonido del río que se secó...

El soñar de los que estamos despiertos,
las olas del mar en Jaén,
el pelo mojado en el desierto,
una sopa caliente en la Antártida...

Un tequiero dicho con la polla,
el espejismo vislumbrado por un ciego,
el pensar que no voy a perder,
el ganar sin saber jugar...

La ruleta rusa con el cargador lleno,
las treintaydos en el reloj,
el día 30 de Febrero,
una aguja en un dedal...

El chicle masticado por el desdentado,
el abrazo que me dió aquel manco,
un triciclo de siete ruedas,
un disparo certero de Michael J. Fox...

La sonrisa de un pato mareado,
el limón que recogí del olmo,
el disco que una vez grabó Rottor,
la vida de un ciervo disecado...

El mal de ojo de un ciego loco,
el bistec de ternera de un vegetariano,
el mirar aturdido de los topos,
Alicia en el mundo de Oz...

La declaración de inocencia de la Inquisición,
un negro amigo de Hitler,
las lágrimas del perro Pulgoso,
Algo así,
más o menos,
creo que soy yo.