Él solía decir que era libre, que podía ir donde quisiera, que no tenía ataduras, que para qué las quería, él era joven.
Él siempre pensó que sería joven, que sería libre, que podría ir donde quisiera, que no tendría ataduras.
Él de repente se vio viejo de 30 años, ya no se sentía libre, ya no tenía ganas de ir a ningún sitio, sintió que quería atarse.
Y entonces llego ella, un espíritu libre, que podía ir donde se le antojaba, que no tenía ataduras, un espíritu joven.
Y se enamoró y la persiguió hasta que ella se enamoró de él.
Y juntos se convirtieron en unos viejos de 30 años, que no querían ser libres, que no tenían ganas de ir a ningún lado, que querían ataduras.
Y ahí fue cuando se separaron, nostálgicos de un tiempo pasado que siempre fue mejor.
1 comentario:
Creo que hace mucho no sentía algo así... Felicitaciones... Este es simplemete un gran lugar.
Cariños...
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